domingo, 27 de abril de 2014

ESPACIO HISTORICO DEL FRENTE DEL NALÒN 26.04.14

La sie­rra del Pedroso-Bufarán, prin­ci­pal cordal pre­li­to­ral del cen­tro de As­tu­rias, fue un im­por­tante en­clave del frente asturiano durante la guerra civil española. El do­mi­nio del es­tra­té­gico paso del puente de Pe­ña­flor fue ob­jeto de en­co­nada defensa y desenfrenados ataques que lle­ga­ron a de­jar más de 600 víc­timas en un sólo día. Al va­lor re­me­mo­ra­tivo de este lugar, im­preg­nado de His­to­ria, se une el pa­tri­mo­nial. Aban­do­nado el campo de ba­ta­lla, la ve­ge­ta­ción ocultó y preservó durante tres cuar­tos de si­glo las obras de­fen­si­vas que hoy son un ex­tra­or­di­na­rio ejem­plo de la ingeniería militar de campaña, testimonio de la pér­dida de tantas vidas en una lucha fratricida que forma parte de nues­tra his­to­ria más personal, vinculadas como están a un con­flicto bru­tal que en­frentó a nuestros antepasado.

Las sie­rra de Bu­fa­rán y Pe­droso cons­ti­tuye el prin­ci­pal cor­dal mon­ta­ñoso pre­li­to­ral del área cen­tral as­tu­riana. Pre­senta una orien­ta­ciónNE-SO con el pico Friera (623 m.) y Gor­folí (618 m) como lí­mite septentrional, y el des­fi­la­dero de Pe­ña­flor, cor­tado por el río Na­lón, como me­ri­dio­nal. Su eje trans­ver­sal con res­pecto al río hace la di­vi­so­ria ad­mi­nis­tra­tiva en­tre los con­ce­jos de Las Re­gue­rras (al Este) y Can­damo (al Oeste), mu­ni­ci­pios que for­man parte del grupo co­mar­cal Ca­mín Real de La Mesa, al que tam­bién per­te­nece Illas (al Norte de la sie­rra) y Grado (al Sur). Co­tas re­se­ña­bles, ade­más de las ya ci­ta­das, son la peña del Cuervo (544 m.), los al­tos de La Lli­nar (594 m) el alto de La De­go­llada (624,40 m.) con su vér­tice geo­dé­sico, el pico Pe­droso o Pe­drozu (614 m.) y el Ci­mero (424 m.).
Desde fe­chas re­cien­tes esa parte de la sie­rra al­berga una es­ta­ción eó­lica. Las ma­sas fo­res­ta­les son más abun­dan­tes en la mi­tad me­ri­dio­nal for­mando bos­ques de pino des­ti­na­dos a la ex­plo­ta­ción ma­de­rera, con ele­men­tos ais­la­dos de ve­ge­ta­ción autóctona.
El po­bla­miento de la zona, que tiene como tes­ti­mo­nio más an­ti­guo la pre­sen­cia de nu­me­ro­sos tú­mu­los se­pul­cra­les me­ga­lí­ti­cos, es el tí­pico de los va­lles de me­dia mon­taña as­tu­riana con pe­que­ños nú­cleos de baja concentración.
La Gue­rra Ci­vil dejó una fuerte im­pronta tanto en el pai­saje como en la me­mo­ria co­lec­tiva. El río Na­lón, con­ver­tido en pri­mera lí­nea de frente y el puente del des­fi­la­dero de Pe­ña­flor como en­clave es­tra­té­gico en las co­mu­ni­ca­cio­nes, die­ron un pro­ta­go­nismo im­por­tante a las ele­va­cio­nes de la sie­rra, ocu­pa­das por am­bos ban­dos du­rante doce me­ses (desde oc­tu­bre de 1936 a oc­tu­bre de 1937), se­pa­ra­dos en al­gu­nos pun­tos por ape­nas unos po­cos cien­tos de metros.
El río Dele, nace en ella y re­co­rre toda su ver­tiente oc­ci­den­tal hasta con­fluir en el Na­lón. Por el lado orien­tal na­cen los ríos Soto y Perma, tam­bién afluen­tes del Nalón.
Su re­lieve y la cer­ca­nía al mar de­ter­mi­nan el clima de la sie­rra, que se ca­rac­te­riza por tem­pe­ra­tu­ras sua­ves, hu­me­dad y fre­cuen­cia de nie­blas. De­bido a los múl­ti­ples plie­gues de su oro­gra­fía el apro­ve­cha­miento agro­pe­cua­rio has sido du­rante las últi­mas dé­ca­das pre­fe­ren­te­mente fo­res­tal. Los pri­mi­ti­vos bos­ques au­tóc­to­nos de cas­ta­ños y ro­bles fue­ron dando paso a zo­nas de pasto, aban­do­na­das en gran me­dida en el se­gundo ter­cio del si­glo XX trans­for­mán­dose en monte bajo que aún pre­do­mina en la mi­tad norte.


La con­tienda bé­lica que asoló Es­paña en­tre 1936 y 1939, bau­ti­zada por al­gu­nos his­to­ria­do­res como “la gue­rra de los mil días”, tuvo en As­tu­rias, en cuanto a ope­ra­cio­nes mi­li­ta­res se re­fiere, una du­ra­ción me­nor: 15 me­ses, en­tre ju­lio de 1936 y oc­tu­bre de1937, en los que prác­ti­ca­mente no hubo día sin com­ba­tes de in­ten­si­dad. El con­trol de Oviedo por parte de los su­ble­va­dos du­rante todo el pe­riodo de hos­ti­li­da­des de­ter­minó las ac­cio­nes mi­li­ta­res lle­va­das a cabo en As­tu­rias: la ciu­dad per­ma­ne­ció cer­cada du­rante 3 me­ses y luego pre­ca­ria­mente co­mu­ni­cada con Ga­li­cia a tra­vés de un es­tre­cho “pa­si­llo”, hasta que se pro­dujo la vic­to­ria fran­quista en todo el Norte.
Ese pa­si­llo, o co­rre­dor, par­tía de Oviedo por el Oeste ha­cia San Clau­dio y se­guía en di­rec­ción a El Es­cam­plero para en­la­zar con la vi­lla de Grado por el des­fi­la­dero de Pe­ña­flor, cru­zando el río Na­lón. Veinte ki­ló­me­tros de­fen­di­dos con po­si­cio­nes como la Loma del Pando, la sie­rra del Na­ranco y Vi­lla­verde, los mon­tes de La Tre­cha, Otero, Gui­lero, Ania, La Pa­rra, el monte Los Pi­nos y en esta sie­rra el pico del Arca, el Ci­mero, La Manga y Co­ta­nie­llo (hos­ti­li­za­das tam­bién en la pro­pia sie­rra por las del Pe­droso, Car­ba­lli­nos y La Escrita).
El río se con­vir­tió, en su tramo bajo, desde Pe­ña­flor hasta su desem­bo­ca­dura en la ría de San Es­ta­ban, en pri­mera lí­nea de frente y la zona sur de la sie­rra en in­ter­sec­ción de los dos fren­tes, el del Na­lón, con un bando a cada lado del cauce y el frente del pa­si­llo, que en Pe­ña­flor cru­zaba el río, con­vir­tién­dose por tanto la sie­rra en en­clave de suma im­por­tan­cia, pues su do­mi­nio sig­ni­fi­caba para unos el man­te­ni­miento del co­rre­dor Oviedo-Grado y para otros, la opor­tu­ni­dad de cor­tarlo y ais­lar Oviedo.
Tras la fa­llida ofen­siva re­pu­bli­cana que tuvo lu­gar en oc­tu­bre del 36 y desem­bocó en el es­ta­ble­ci­miento de es­tos dos fren­tes, el mando gu­ber­na­men­tal pre­paró una nueva ope­ra­ción que inició el 27 de no­viem­bre. En la sie­rra, la toma del pico Ci­mero fue un efí­mero éxito, pues la po­si­ción fue re­cu­pe­rada por los su­ble­va­dos. La ba­ta­lla del Monte los Pi­nos (Grado), al otro lado del río, donde va­rios ba­ta­llo­nes con el apoyo de nue­vos blin­da­dos ru­sos, avan­za­ron lle­gando al cen­tro de Grado, dejó clara la vul­ne­ra­bi­li­dad del pa­si­llo aun­que sin lo­grar estrangularlo.
En fe­brero del 37 el ejér­cito re­pu­bli­cano lanzó el que pre­ten­día ser ata­que de­fi­ni­tivo so­bre Oviedo. Quince bri­ga­das con el apoyo de casi cien pie­zas de ar­ti­lle­ría, de­ce­nas de blin­da­dos, apoyo aé­reo y dos tre­nes blin­da­dos, ata­ca­ron la ca­pi­tal de As­tu­rias y tam­bién el pa­si­llo de Grado. Pero el único éxito para los ata­can­tes fue to­mar la Loma del Pando, fra­ca­sando nue­va­mente el in­tento de cor­tar las co­mu­ni­ca­cio­nes en las in­me­dia­cio­nes de Pe­ña­flor. El Ejér­cito Po­pu­lar del Norte que­da­ría de­bi­li­tado ma­te­rial y mo­ral­mente desde ese mo­mento. La As­tu­rias re­pu­bli­cana pasó en­ton­ces a la de­fen­siva bajo el lema “For­ti­fi­car es vencer”.

Aún in­ten­ta­rían to­mar el pa­si­llo en agosto, par­tiendo desde las po­si­cio­nes de la sie­rra. Fue la última ofen­siva re­pu­bli­cana en el frente Norte. Tuvo lu­gar el 1 de agosto del 37 con el ob­je­tivo de to­mar las po­si­cio­nes del Ci­mero, La Manga, Co­ta­nie­llo y Arca, de­fen­di­das por el 3º Ba­ta­llón del re­gi­miento Mé­rida 35 y una amal­gama de com­pa­ñías de di­versa pro­ce­den­cia (In­fan­te­ría de Ma­rina, Ter­cio de Re­queté Ga­llego, R.I. Za­ra­goza, R.I.Zamora, y una secc. De la 10º Com­pa­ñía de Zapadores).
Dos di­vi­sio­nes de in­fan­te­ría lle­va­ron el peso de la ope­ra­ción, la Di­vi­sión de Cho­que As­tu­riana y la Div. de Re­serva del III Cuerpo de Ejér­cito de As­tu­rias, con la Di­vi­sión Mon­ta­ñesa en re­serva y apoyo de ar­ti­lle­ría, avia­ción y vehícu­los blindados.
La vic­to­ria se an­to­jaba se­gura por la ma­ni­fiesta su­pe­rio­ri­dad de hom­bres y ar­mas, pero la ope­ra­ción fra­casó. La ar­ti­lle­ría re­pu­bli­ca­na­que de­bía cas­ti­gar las po­si­cio­nes enemi­gas an­tes del ama­ne­cer para fa­ci­li­tar el asalto de la in­fan­te­ría, pero esta re­trasó su ac­tua­ción, y no pu­die­ron apro­ve­char la os­cu­ri­dad para apro­xi­marse sin ser vis­tos. Ade­más, erro­res de cálculo lle­va­ron a que el fuego de las ba­te­rías re­pu­bli­ca­nas hi­ciera blanco en sus pro­pias fuer­zas. La avia­ción gu­ber­na­men­tal su­frió tam­bién su­friço va­rios per­can­ces: dos apa­ra­tos cho­ca­ron en Gi­jón al co­lo­carse en for­ma­ción y otros cua­tro re­sul­ta­ron al­can­za­dos por los an­ti­aé­reos enemi­gos, dos de ellos de­rri­ba­dos en el campo. No tu­vie­ron me­jor suerte los blin­da­dos, re­ci­bi­dos en Cuero con fuego de un ca­ñón an­ti­tan­que. La ofen­siva dejó en una sola jor­nada de lu­cha más de 600 muer­tos en el campo de­ba­ta­lla y una in­gente can­ti­dad de heridos.

Tras este fra­caso, las fuer­zas del Ejér­cito del Norte no em­pren­die­ron más ac­cio­nes ofen­si­vas. La cam­paña or­de­nada por Franco en la cor­nisa can­tá­brica les obligó a man­te­nerse en per­ma­nente de­fen­siva hasta la caída del frente Norte, en oc­tu­bre de 1937.




 Area Recreativa de La Degollada















































 Hay tres senderos perfectamente señalizados, con diferentes trayectos




































 Cruze para visitar los primeros signos de la defensa del Pedrosu

















 Una de las trincheras











 Nido de ametralladoras 





 Deposito de armamento



































 Recreaciòn de unas de las defensas











 Acceso a uno de los bùnqueres



































 Ineterior del bùnquer

















 El acceso era bantante limitado










 Parte del grupo









































 Valle de La Calzada




























 Como la ruta no era muy grande se decidiò a ir a visitar los pueblos de Bohiles y Villar de Candamo.























 Grullos y parte del Nalòn






















 Llegando a Bohiles





 Villar de Candamo

















 Bohiles





 Corchando sidra























 Fuente especial en casa de nuestra compañera Yolanda











 Visita a un criadero de conejos enanos y cobayas









































 Villar de Candamo





 Bohiles desde Villar





 Plantaciòn de las famosas fresas de Candamo











Valle de Las Ablanosas


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